El entrenamiento funcional lo podemos entender como aquella actividad física que determina ciertos ejercicios y/o materiales y lleva a cabo un método de trabajo específico junto a patrones de movimiento que puedan ser deducidos para que tengan cabida dentro de nuestra vida cotidiana. Surge como un mecanismo de rehabilitación para personas que habían sufrido ciertas lesiones y necesitaban volver a ser capaces de recuperar la movilidad perdida, y por supuesto acelerar el proceso o fase de recuperación, para poder seguir realizando sus tareas en el hogar o en el trabajo.

Esta metodología de entrenamiento tiene como objetivo la creación de una estructura corporal eficiente que permita el aumento del rendimiento deportivo, o la mejora de las actividades del día a día minimizando el riesgo de lesiones.

Además de estos beneficios principales, cualquier entrenamiento funcional te servirá para incrementar tu fuerza real y resistencia cardiovascular, gozar de un mayor equilibrio y estabilidad, mejorar la postura del cuerpo, quema grasa y conseguir un cuerpo más fuerte y estético.

Dado que es un tipo de rutina de ejercicios que se utiliza para mejorar la funcionalidad de todo el cuerpo y que debe tener un nivel absoluto de personalización, se puede decir que es un entrenamiento apto para cualquier persona, sea cual sea su nivel de práctica deportiva.

Si quieres empezar con estos entrenamientos lo puedes llevar a cabo en tantos lugares como se te ocurran, ya sea en la calle, en nuestra casa, en el campo o en el jardín o si prefieres realizar tu entrenamiento funcional en el gimnasio, puedes asistir a clases de Crossfit o alguna clase grupal.

Y ahora sí, ¿Estás listo para mejorar tu salud y tu rendimiento deportivo mediante un entrenamiento funcional o prefieres seguir con tu entrenamiento tradicional?